La Caja de Seguro Social, específicamente el Programa de Invalidez, Vejez y Muerte.
En anteriores boletines se ha plasmado la problemática de la Caja de Seguro Social y la necesidad, con urgencia, de buscar soluciones a fin de capitalizar algunos de sus programas, principalmente el de IVM.
Para esto, la difícil decisión de escoger la forma de debate en como tratar la problemática, es decir, el camino a seguir para llegar a una propuesta va a tomar tiempo debido a las distintas posturas e intereses de las fuerzas vivas en Panamá. Algunos hablan que los sacrificios debe hacerlo el gobierno, mostrando políticas de austeridad y de correcta administración para poder solventar el problema. Otros, de medidas paramétricas considerando que la expectativa de vida ha aumentado. Unos menos, proponen una idea mixta: Austeridad con medidas paramétricas.
Lo cierto es que por donde lo veamos, requerimos de seriedad en la administración pública, pues su solución traerá aumento en los grados de inversión en Panamá. Más formalidad en el empleo nos va a colaborar a tener mayores cotizantes. Con buena administración, como en todo, habrá más recursos. Con honestidad, normas, justicia, los recursos alcanzan.
“Cuando no se roba, la plata alcanza para todo” – Sergio Fajardo.
UNIDAD, CONSENSO, TRANSPARENCIA
“La Política es el arte de Asociar a los Hombres”, como sabiamente indicó Johannes Althusius, Westfales y escritor de la obra “Política”. Aunque su enfoque esta más dirigido hacia el federalismo y al consociacionismo (o consorcio) de personas que comparten necesidades, servicios o un conjunto de valores, no deja de tener razón que la política es el arte de asociar a los hombres y mujeres.
Por tal razón, para poder realizar los cambios que requiere la Caja de Seguro Social se requiere de un mínimo consenso y de propuestas redactadas por quienes conocen el tema. Estas propuestas también deben de ser co-diseñadas por los stakeholders o grupos de interés o que, a lo mínimo, se tenga un debate previo con los mismos para dicho consenso mínimo que se requiere.
Esto es un tema álgido que, en el pasado, ha traído consecuencias difíciles, protestas y marchas. Por lo tanto, sugiero que se sigan con estas reuniones y que siempre sean presididas por José Raúl Mulino, y que no se delegue en nadie, pues se pierde jerarquía. Va a ser desgastante y probablemente cause el termino de la luna de miel de todo inicio de gobierno, pero se tiene que hacer; y, entre lo fácil y lo importante hay que escoger esta última. Desde ya hay varios sectores que han rechazado la designación de Dino Mon, nombrado por el presidente Mulino, para dirigir la Caja de Seguro Social.
Ya se tuvo una reunión con los presidentes de los partidos políticos legalmente constituidos, donde tres de ellos fueron candidatos en la pasada elección. Lo único que me deja en suspicacia es que:
1. No parece haber conexión entre los Diputados de los partidos con su dirigencia 2. Los partidos políticos van a entrar en proceso de renovación de sus dirigencias
LAMENTABLE LA POSTURA DEL PRESIDENTE MADURO CONTRA EL PRESIDENTE MULINO.
Aprovecho estas líneas, para reprochar el nuevo acto de desprecio del todavía presidente de Venezuela, Nicolas Maduro. Yo no voté por José Raul Mulino, pero es el presidente de mi país, quien ha asumido las posturas correctas referentes al tema de Venezuela.
El presidente Mulino ha suspendido relaciones diplomáticas con Venezuela, ha pedido las actas y conteo de los votos, y finalmente hasta ha ofrecido asilo político al señor Maduro con el fin de terminar la grave crisis que ha llevado la dictadura a nuestro país hermano.
Señor Maduro, la desesperación es mala consejera y el grave abismo que usted ha causado a su país, destruyendo la institucionalidad, mancillando la democracia, prohibiendo la libertad de expresión, asociación y de protesta, manipulando la justicia y demás, es solo culpa suya y de su codicia.
Ninguna dictadura es buena y no hay mal que dure 100 años. Deje de culpar a los países serios y democráticos que no queremos ver la barda del vecino arder y deje de insultar a cualquier panameño, especialmente a nuestro presidente, ya que la culpa es suya y de su séquito.
