Panamá y Venezuela tienen relaciones históricas democráticas. Ambos se han cedido sus distintos puestos en organizaciones internacionales (OEA) para que el país en dictadura pueda denunciar las injusticias y arbitrariedades de su régimen. Dicho de otra manera, Venezuela cedió su espacio para Panamá en los años 80 para que Panamá denunciara lo que sucedía en tierra istmeña, mientras que Panamá hizo lo mismo con Venezuela hace una década.

Panamá se ha unido a los países de Estados Unidos, Argentina, Chile, Perú, Guatemala y Costa Rica, quienes desconocieron este lunes la reelección de Nicolás Maduro para un nuevo mandato presidencial proclamada la noche del domingo por el Consejo Nacional Electoral (CNE), con un 51,2 % de votos para el actual gobernante frente al 44,2% del aspirante opositor Edmundo González Urrutia.

El presidente José Raul Mulino, manifestó en la red X: “Panamá se suma al rechazo generalizado respecto del resultado electoral en Vzla. Aspirábamos a que se respetara la voluntad popular y tal situación fue desconocida. Accionaremos individual y colectivamente a favor de la democracia venezolana. Anunciaremos medidas que adoptaremos de acuerdo a las reglas interamericanas en las próximas horas».

¿Cuáles serán dichas medidas? Se ha anunciado la suspensión de relaciones diplomáticas y retiro temporal de la misión diplomática hasta que se haga un conteo de las actas por la OEA, pero estas medidas se pueden agravar hacia ruptura de relaciones diplomáticas, medidas de retorsión, económicas, migratorias, laborales, y demás.

Sobre el tema humanitario y el anuncio de un tercer periodo para Nicolas Maduro, el activista social panameño, Agrazal Reyes, que ha dedicado su tiempo y esfuerzo al trato de migrantes que pasan por el Darién, escribió lo siguiente, digno de llamado de atención: “Con el rumbo que tomó Venezuela nuevamente, ya sabemos lo que pasará. Esperemos que los países puedan reorganizar su política migratoria para abrir un verdadero paso humanitario a los miles de personas que dejarán el país y en Panamá podamos volver a recuperar la paz y poder trabajar sin miedo a ser criminalizados.”

Lo que sucede, y posiblemente sucederá, me recuerda las palabras del poema realizado por el pastor (alemán) Martin Niemoller, con el pasar del fascismo alemán;

“Primero vinieron por los socialistas, y guardé silencio porque no era socialista.

Luego vinieron por los sindicalistas, y no hablé porque no era sindicalista.

Luego vinieron por los judíos, y no dije nada porque no era judío.

Luego vinieron por mí, y para entonces ya no quedaba nadie que hablara en mi nombre.”

Luchemos por la democracia, por supuesto, en nuestros propios países, pero no actuemos con indiferencia de lo que sucede en otros. La dictadura nunca será buena, venga de donde venga.

REFORMA DEL ESTADO

Seguiremos plasmando ideas sobre como algunas reformas al Estado panameño puede mejorar a su funcionamiento. Panamá es un país con demasiados servidores públicos per cápita, muchos acusados de no tener funciones, y por el contrario, los países se están yendo hacia los gobiernos digitales, la cual disminuye la corrupción, y hace los tramites más fáciles y expeditos, inclusive, sin tener que ir a determinada institución de interés.

Pero los gobiernos siempre serán de personas. En consecuencia, quienes sean funcionarios, al menos en su gran mayoría deben establecerse en un sistema de méritos, continua evaluación, bajo parámetros de necesidad, entiéndase que el puesto a asignar sea necesario. Debemos ir eliminando que los gobiernos sean botín político de partidos de gobierno. Por lo tanto, requerimos una robusta Ley de Carrera Administrativa, la cual ya existe, pero que debe ser fortalecida y sobre todo respetada.

Al respecto, el ex director de la carrera Administrativa de Panamá David Montenegro opina lo siguiente: “La Ley de Carrera Administrativa de 1994 y sus reformas de 2017, fue diseñada para asegurar que la contratación y promoción de los funcionarios públicos se basen en méritos y competencias. Sin embargo, la realidad es otra y los nombramientos siguen siendo utilizados como un “botín político” para satisfacer la insaciable sed de nombramientos políticos; que, cómo hemos visto, el último gobierno PRD ha rebasado a cualquier otro. La contratación de personal sin los méritos, experiencia y vocación de servicio ha llevado a un aumento exorbitante y desproporcionado de la planilla, afectando negativamente el presupuesto nacional.

En abril de 2024, la planilla mostró un incremento de 2,906 funcionarios, en su mayoría eventuales, en comparación con el mes anterior. Este aumento se concentró en instituciones clave como el Ministerio de Educación y la Caja de Seguro Social, donde, independientemente de que la Ley establece un sistema de méritos para la contratación, se encuentran las formas de burlar este proceso, evadiendo, además, las evaluaciones de desempeño, afectando directamente al usuario del servicio puesto que pasa a segundo plano la calidad del servicio que brindan estos servidores públicos. Esta situación, además, perjudica a los mismos funcionarios, puesto que los salarios y la estabilidad laboral se fundamentan, en su mayoría, en motivos políticos y no por méritos.

La Ley de Carrera Administrativa, en conjunto con las demás leyes de carreras públicas en Panamá, necesita una implementación más estricta, lo que conlleva necesariamente a una inminente “purga del servicio público” para garantizar que la contratación de funcionarios públicos se base en méritos y competencias. El gran reto es alcanzar un consenso nacional para definir una política pública permanente de empleo público, para combatir la corrupción, mejorar la eficiencia del sector público y asegurar que el gasto se utilice de manera efectiva.

Solo mediante la selección por meritocracia, la profesionalización permanente de los funcionarios y la transparencia se podrá mejorar la calidad de los servicios públicos, combatir la corrupción, satisfacer las necesidades de los ciudadanos y asegurar un futuro más próspero para Panamá.”

Les comparto una anécdota personal referente al servicio público, privado, y el servicio al país: Hace varios años una persona me comentó que no le interesaba la política debido a que tenia un trabajo en la empresa privada. Le contesté que si las políticas económicas, o de seguridad le podían afectar, o a su familia. ¡Me contestó que “por supuesto!”.

Esto es si un llamado de atención a que nos interesemos todos de la vida pública, ya sea que trabajemos en ella, o no. Si al país le va bien, a todos nos irá bien. Ya vimos el ejemplo de Venezuela o Cuba, donde sus ciudadanos están emigrando por faltas de oportunidades o de libertad. La política no debe ser vista, repito, como un puesto público, sino como una forma de unir a los ciudadanos y buscar el bien común, o que es lo mismo, soluciones a los problemas de las personas. Por esto, debo mostrar mi apoyo a las palabras del licenciado Montenegro: Debemos reformar el Estado para tener funcionarios eficientes, que estén en el puesto por las razones correctas, y que su desempeño sea evaluado para fortalecer la meritocracia, en un Estado pequeño, pero fuerte al poder solucionar los problemas de las personas. En conclusión, el nuevo Estado que vayamos a construir necesitamos un sistema de méritos, pero también, de civismo y amor patrio.