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JR Mulino

El presidente Mulino, tal como se había anunciado, hizo su primera gestión comunicacional, anunciado para todos los jueves, mientras la agenda lo permita, ante los medios de comunicación. Dicho estilo, inédito desde la restauración de la democracia tiene como objetivo explicar la gestión de gobierno e informar sobre futuros planes.

En el boletín anterior se aplaudió la innovadora idea de comunicar de forma distinta a como lo hacían anteriores presidentes. El hecho de mostrarse ante los medios -por ende, al pueblo panameño- de forma periódica demuestra valentía ante los medios, firmeza de su actuar, y conocimiento de lo que se quiere hacer. A su vez, al hablar o comunicar en dicho actuar evita o disminuye el desgaste de dar entrevistas todos los días, y enfocarse más en la gestión, trabajo duro, estrategias, planes, y acciones concretas. Es decir, comunicar mejor, siendo reiterativo en sus posiciones, sirven de reminder a su equipo de gobierno. Por supuesto, dicho estilo tiene sus propios desafíos: Tratar de que dichas conferencias sean dinámicas y no aburridas. Con los desafíos que tiene la actual administración, con seguridad tendrán temas de abordar, pero no será fácil.

El joven pero experimentado político panameño, Diego Duclias, Consultor en Comunicación y Asuntos Públicos, opina lo siguiente: “Más allá de ser una decisión novedosa e inesperada por quienes percibían en campaña al presidente una persona distante de los medios, representa a mi concepto una ruptura significativa con lo que venían siendo las prácticas tradicionales de la comunicación presidencial en Panamá y marca un nuevo enfoque, que si bien puede percibirse hacia la transparencia y la interacción con los ciudadanos, no deja de ser también una estrategia para marcar los términos del debate y posicionar los temas que realmente quieren que sean noticia, algo que es extremadamente positivo para su gestión.

Adicional puedo mencionarte que con esta medida, el presidente marca desde el inicio una tendencia hacia la transparencia de la información y la rendición de cuenta, logrando establecer también un estándar bastante alto para el equipo de trabajo que le acompaña. Si el presidente es abierto a la información, no puede haber un equipo que cierre las puertas, sería contradictorio.

En conclusión, creo que en el equipo de comunicación del presidente Mulino entendieron muy bien las nuevas formas de comunicación eficaz, y con esta decisión generarán cercanía, inmediatez y sobre todo controlar la narrativa.”

Volviendo al informe, el mismo reiteró lo que ha indicado desde su discurso de proclamación y toma de posesión. He aquí algunas de ellas, sacadas de la web de presidencia:

1. Medidas de austeridad: Entre las medidas anunciadas, el presidente detalló la implementación de una significativa contención del gasto público, la reducción de planillas y la recolección de más de 400 vehículos alquilados innecesariamente.

2. Infraestructura de transporte: El presidente destacó los avances logrados con la construcción del Metro y anunció futuros proyectos como la Línea 3 y el tren David-Panamá: “Todo el mundo pensaba que el Metro era una locura y ya vamos por la construcción de la Línea 3 y el tren David-Panamá no reemplazará un buen auto ni un buen transporte, pero es una alternativa adicional que interconectará al país”.

3. Tamaño del Estado: El presidente Mulino ha designado al profesor Miguel Antonio Bernal para que encabece una comisión que definirá el tamaño del gobierno que necesita el Estado panameñ, de lo cual escribiré mas adelante.

4. Mina de Donoso: El tema de qué hacer con la mina de Donoso -cuyo contrato con el Estado panameño fue declarado inconstitucional por un fallo de la Corte Suprema de Justicia- será prioritario en la agenda de gobierno del año 2025, anticipó el presidente Mulino quien, a la vez, estableció su posición ante las demandas internacionales por el cierre de esta operación multimillonaria.

“Para que yo siente a representantes del gobierno a conversar con acreedores, con banqueros o con todos juntos, todos esos procesos se tienen que suspender”, enfatizó el mandatario. “Panamá no va a ir con una pistola en la cabeza a sentarse a arreglar ningún problema”.

5. Cierre de la Frontera: Sobre la crisis migratoria, Mulino anticipó que pronto anunciará el primer vuelo de repatriación de migrantes, y que para antes de fin de año espera haber estabilizado la situación de llegada de irregulares al Darién.

Tamaño del Estado y la reforma.

Panamá tiene un régimen presidencial, cuyo presidente, es electo por 5 años. Todo presidente ha durado el periodo establecido, entregando el poder al designado vencedor, que ha venido de la oposición política, desde la restauración de la democracia en 1990. Me parece interesante lo manifestado por Mulino, ya que en mi opinión el sistema esta desfasado. Solo hay que comprobar que nuestra Carta Magna, o Ley Fundamental, data de 52 años, es decir, nuestra Constitución Política es de 1972. En dicha época, el Canal de Panamá era administrada por Estados Unidos de América, existía la Zona del Canal, regida bajo las leyes de Luisiana. Panamá vivía en Dictadura, ya que no existían elecciones, ni libertad de expresión, y los partidos políticos estaban proscritos. Los medios de comunicación eran cerrados o limitados, y existía una dualidad de funciones con presidente de gobierno (Omar Torrijos, llamado constitucionalmente líder de la revolución) y un presidente de Estado. Todo esto producto del Golpe de Estado realizado al presidente Arnulfo Arias en 1968. Es decir, en 1972 Panamá vivía muy lejos de lo que es un Estado Democrático y de Derecho.

Por supuesto, ha habido reformas a la Constitución, pero no de forma integral, por lo tanto, Panamá debe entrar en el debate de modernización estatal para convertirse en un país desarrollado o de primer mundo.

EL PRIMER MUNDO Y PANAMÁ.

Historia de los países de primer, segundo y tercer mundo

Panamá tiene grandes posibilidades pasar del tercer mundo, al primer mundo. Entre los cambios que requiere Panamá es precisamente su cambio de estructura política. La economía panameña continúa desempeñándose como una de las más prósperas de la región, apalancada sobre un sistema dolarizado, un robusto sector financiero, y su estratégica posición geográfica donde brinda servicios y la convierte en el hub de las Américas, y su mayor activo, el Canal de Panamá, ahora ampliado, piedra angular del crecimiento del país. Por lo antes mencionado, Panamá se ha convertido en el líder de la región.

Las principales barreras que impiden a Panamá a pesar del crecimiento económico llegar al desarrollo son: 1. Un Estado de tercer mundo. 2 Una educación pobre 3. Una economía que crece sin equidad 4. Una familia desintegrada y disfuncional 5. Un sistema de salud y de seguridad social. 6. Una gran deuda con los pueblos originarios.

Fernando García de Cortázar nos relata que el siglo XX pasará a la historia con el título poco glorioso de creador del tercer mundo. El término “tercer mundo” fue acuñado por el economista francés Alfred Sauvy, en 1952, para referirse a los países periféricos subdesarrollados o en vías de desarrollo, a diferencia de los países desarrollados de primer mundo, o del bloque soviético, cuyo concepto ya fue disuelto, de los países de segundo mundo.

La expresión primer mundo actualmente hace referencia a aquellos países que han logrado un muy alto grado de desarrollo humano (IDH), disfrutan de los más altos estándares de vida posibles, gracias a una buena distribución de la riqueza, sanidad, esperanza de vida y calidad de los servicios. Existe una gran correlación entre países con este tipo de estatus y el hecho de que posean instituciones democráticas robustas.

Los países de primer mundo, salvo Estados Unidos, tienen sistema parlamentario, es decir, el Ejecutivo depende de la confianza del legislativo o del parlamento.

¿Esto quiere decir que debemos cambiar la Constitución Política? Mi opinión es que si, ya que la democracia panameña no está funcionando con pesos y contrapesos. Las instituciones deben ser renovadas, actualizadas y modernizadas con los tiempos de Blockchain, la inteligencia artificial, y los gobiernos digitales, como en Estonia.

Además, podemos aprovechar para introducir nuevas instituciones de garantía, cambiar la forma que elegimos a nuestros diputados y magistrados, entre otros temas cuyo debate se dará en su momento.

¿Debemos ir al parlamentarismo? Puede ser, pero una vez tengamos una sociedad cívica, con amor de país, educada, donde la competencia sea de ideas, no de clientelismo, o la llamada política de “la chequera”, donde se elijan para representarnos a las personas correctas, con mayor preparación en las ciencias políticas y hayan demostrado honestidad, estando en la función publica por las razones adecuadas.

Panamá nació, en 1904, con cuatro ministerios, teniendo alrededor de 300 mil habitantes. Ahora, contamos con diecisiete, o más, y un aumento descomunal en funcionarios públicos, burocracia excesiva. Nuestro parlamento, ahora con 4 millones de habitantes, elige 71 diputados. Definitivamente el Estado panameño es demasiado grande, y debiese aplicar el principio de subsidiaridad que creemos los demócratas cristianos: “Tanto mercado sea posible, tanto Estado sea necesario”. En conclusión, Panamá no tiene como necesario un Estado tan enorme como lo tenemos.

Les dejo con el editorial de La Estrella de Panamá, referente al tema, que indica: “Por un lado se crean distritos a la velocidad de “pop corn” y nacen ministerios por complacencia. Hay entidades llenas a reventar de funcionarios y en otras escasean. Pero independientemente de qué entidades y qué cantidad de funcionarios serán necesarios, lo cierto es que tenemos que cambiar el sistema y en eso el profesor Bernal ha estado claro. El problema panameño y del resto de Latinoamérica es que el presidencialismo tal y como lo tenemos ha sido un verdadero fracaso, porque el jefe del Ejecutivo se convierte en el reyesito por cuatro, cinco o seis años.”